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Nueva traducción revisada 2014
… característica similar a la de una luz en una noche de niebla.
Si bien, en esas condiciones, puede ser difícil discernir el origen preciso y distancia de una luz, sin embargo no hay ninguna duda de que se está percibiendo una luz. Con experiencia y habilidad, un remote viewer puede percibir toda clase de detalles relativos a un objetivo, de la misma forma que un navegante experimentado, al ver la luz, puede distinguir el contorno de la costa cercana y la identidad del faro desde el que le llega el tenue brillo.
Aprender cómo hacer visión remota tan sólo leyendo un libro no es lo mejor. La razón principal para presentar estos métodos aquí no es la de enseñar Scientific Remote Viewing, sino la de explicárselos a la gente que quiere entender e interpretar información generada con visión remota. Los estudiantes de visión remota deben entender que la eficacia de los procedimientos no solo depende éstos, sino también de lo bien que se ejecutan. Esto, a su vez, depende de la calidad de la instrucción y del intercambio de información o feedback. En una clase, se dirigen algunas instrucciones de trabajo al alumno mientras el proceso inicial de aprendizaje está en marcha, (y antes de que se creen hábitos contraproducentes). Estas instrucciones ayudan a obtener el máximo nivel de resultados. No obstante, muchos estudiantes pueden lograr un nivel mínimo de eficacia, estudiando sistemáticamente los procedimientos presentados aquí, sin necesitar ninguna ayuda en el aula.
En realidad, el término «visión remota» no es del todo apropiado. La experiencia no se limita a imágenes visuales. Todos los sentidos: oído, tacto, vista, gusto y olfato- están activos durante el proceso de visión remota. El término más preciso es «percepción remota». Sin embargo, dado que «visión remota» ha sido adoptado ampliamente tanto por el ámbito científico como por la literatura popular, tiene sentido continuar usando el término actual.
Cuando miramos un objeto, la luz reflejada por ese objeto entra en el ojo, y se genera una señal electroquímica que se transmite al cerebro a través del nervio óptico. Los estudios científicos han demostrado que esta señal se «muestra» en una capa de células en el cerebro, de la misma forma que una película es proyectada sobre una pantalla de cine. Entonces, el cerebro interpreta esta imagen para determinar lo que se está viendo. Cuando alguien recuerda un objeto, la imagen recordada de ese objeto también se proyecta sobre la misma capa de células del cerebro (1).
Cuando se usa la visión remota, también se percibe una imagen, pero es diferente de la imagen recordada y de la imagen ocular. La imagen de visión remota es más tenue, neblinosa y difusa. De hecho, uno tiende más a «sentir» la imagen que a visualizarla.
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(1) Si alguien recuerda un objeto y lo visualiza mientras tiene los ojos abiertos y mirando a otra cosa, entonces la misma capa de células del cerebro contiene la proyección de dos imágenes distintas y superpuestas. La imagen procedente de los ojos abiertos es la más brillante, mientras que la recordada es relativamente tenue y algo traslúcida, ya que se puede ver a través de esta imagen translucida para percibir la imagen de origen ocular. Para aquellos lectores que quieran leer un tratado accesible pero más en profundidad sobre la fisiología de la imágenes visuales y recordadas, recomiendo mucho un artículo en The New York Times por Sandra Blakeslee, titulado «Seeing and Imagining: Clues to the Workings of the Mind’s Eye (The New York Times, 31 de Agosto de 1993 pags. B5N y B6N)» (“Viendo e Imaginando: Pistas Sobre el Funcionamiento del Ojo de la Mente”).